El fútbol jujeño está de luto. Falleció Ángel “Negro” Cerdán a los 66 años, defensor central correntino que dejó su huella en Altos Hornos Zapla y Gimnasia y Esgrima durante los años 80.
Trayectoria de Ángel Cerdán en Zapla
Ángel Cerdán llegó a Jujuy desde Lanús para disputar los Torneos Nacionales de AFA. Como defensor central, fue reconocido por su fortaleza física, entrega en cada partido y liderazgo dentro del campo de juego. El “merengue” se convirtió en su segunda casa, tanto que radicó en Palpalá junto a su esposa Mónica y sus hijos Federico y Marcio.
Una lesión de rodilla durante una pretemporada en Bolivia con Gimnasia marcó el fin de su etapa como jugador. Sin embargo, esto no alejó a Cerdán del fútbol: se transformó en director técnico en los años 90, época difícil cuando Zapla pasó a ser del estado.
Compromiso incondicional con el club
Su compromiso con el club iba más allá de lo deportivo. Dirigió sin su

eldo fijo y aportaba con recursos propios: pelotas oficiales para los torneos Argentinos y Federal A, materiales de entrenamiento, frutas y asados. Su humildad hacía que ni su familia conociera la magnitud de su generosidad.
Como entrenador, Ángel Cerdán Zapla dirigió varios equipos de la Liga Jujeña de Fútbol, incluyendo General Lavalle, Atlético Cuyaya y Atlético Palpalá, cosechando respeto y cariño de colegas y jugadores. También tuvo paso por otros clubes del fútbol regional, consolidando su reputación como técnico comprometido.
Su amor por Zapla era tal que soñaba con ser presidente del club, aunque enfrentó obstáculos burocráticos que le impidieron concretar ese deseo. A pesar de ello, nunca dejó de alentar y trabajar por el “merengue”.
El legado de Ángel Cerdán Zapla permanece en la memoria del fútbol jujeño, en los triunfos compartidos con generaciones de compañeros y jugadores, y en el cariño de los hinchas del “merengue” que se transformaron en amigos. Su pasión, humildad y compromiso continuarán inspirando al deporte jujeño.